La palabra mandala proviene del sánscrito y significa ‘círculo sagrado’. Estas representaciones en forma de círculos son utilizadas en diferentes culturas, como la budista, hinduista, cristiana y en algunas tribus indígenas, como un elemento artístico o un medio para que la persona se encuentre consigo misma.
Según las creencias de algunas culturas, los mandalas están relacionados con las energías de la vida. Por ejemplo, en las culturas orientales se cree que cada color está asociado a un chakra. Estos centros energéticos están conectados con nuestro ser y con el ambiente y favorecen el bienestar. Por lo tanto, los mandalas al contenerlos también lo favorecen.
En las culturas orientales, de donde se tienen los primeros registros de diseño y uso de los mandalas, estos tienen como objetivo el cese del pensamiento y de la mente, aspirando alcanzar un estado meditativo.
Los hindúes fueron los primeros en usar mandalas como un instrumento espiritual, aunque se han popularizado en occidente por los diseños y usos atribuidos al budismo. Sin embargo, los mandalas no han sido exclusivos del oriente o de una religión en particular, ya que se han encontrado representaciones geométricas similares en otras culturas y con diferentes usos que van más allá de lo espiritual.
En este sentido, la pintura de mandalas es realmente beneficiosa para alcanzar el equilibrio al ser una técnica idónea de relajación y creatividad. Uno de los objetivos principales es fomentar la concentración de la energía en un solo punto y, por esta razón, se utiliza como herramienta en los ejercicios de meditación, aunque también tiene como finalidad llegar al bienestar físico y emocional.
Respecto a sus beneficios para la salud, uno de los más relevantes es que potencia la creatividad y estimula la atención en el momento presente. Además, puede reducir el estrés y los episodios de ansiedad al aportar relajación.
Por otro lado, es una terapia efectiva para desconectar de los pensamientos recurrentes y del estres del día a día que permite expresar las emociones en un dibujo.
Dibujar y colorear mandalas ayuda a centrarse, por lo que son un ejercicio excelente ejercicio para relajarse, calmar el estrés y la mente. Además, son ideales para aportar paz y serenidad, aumentar la concentración, la atención y la creatividad.
Hoy en día cualquier persona puede crear una mandala, colorearla o así mismo hasta visualizarla y estas acciones tienen igual beneficios para quienes lo practican.
A continuación les dejamos un video para que, si no saben cómo comenzar a dibujar una, tengas una base y luego solo sea cuestión de que agarres los materiales que tengan a mano para poder hacerlo.